sábado, 18 de febrero de 2012

LEE, RECREATE Y DIVIERTETE CON "EL CUENTO LOCO"





LEE Y DIVIERTE CON UN MARAVILLOSO CUENTO

SUEÑO LOCO


Soñé que era una célula. Resultó muy divertido sentir que estaba
rodeada de una membrana, que es como la capa que mi mamá me regaló para usar en los días  de lluvia. La diferencia es que esta membrana me servía para dejar que  pasaran ciertas sustancias que podía usar para alimentarme.
Aunque pueda pensarse que una célula es poca cosa, no era ni un poquito tonta porque  también tenía una especie de  cerebro muy pequeño, llamado núcleo, y con él podía controlar todas mis funciones, incluso si quería reproducirme.
La sensación de perfección fue total cuando me di cuenta de que, además de lo anterior, también disponía de unos órganos llamados mitocondrias, que transformaban toda la energía, y que si era necesario me movía con unos piecitos que no necesitaban zapatos: parecían unas pestañitas que se movían tan rápido como la escoba de mi mamá.

Yo me sentía muy contenta por ser una célula, y hasta tenía tiempo para mirar a mis vecinas y pensaba que era la más bella de todas porque todo en mí funcionaba maravillosamente. Pero sucedió algo terrible.
 Llegaron unos señores para hacerme una encuesta. Al principio creí que se trataba de unos admiradores que venían a
visitarme, pero cuando me preguntaron con gruesas voces a qué tipo  de organismo pertenecía, yo no pude responder, y ellos me hicieron un examen minucioso con un microscopio electrónico. Cuando  terminaron, me dijeron que yo era una célula de mentiras porque no  era explicable que tuviera lisosomas, vacuolas y cloroplastos, ya que éstos últimos pertenecían a los vegetales y no a organismos  animales. Entonces, uno de ellos sacó unas esposas.
Era claro que me llevarían a la cárcel y allá no estaría tan contenta, así que puse pies o, mejor, cilios en polvorosa, y me escabullí.

Sonó una campana, con una música brillante. Alguien me puso una mano en el hombro. Era Adriana, mi amiguita de la escuela, quien me estaba avisando que el profesor de biología ya había llegado al salón y estaba pidiendo que escribiéramos en los cuadernos un título:

¿Qué es la célula?

                         Gloria Liliana Garzón Molineros




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